PACO RABANNE
A muchos modistos franceses se los ha tildado de “enfants terribles”, para describir a Rabanne ese aforismo se queda pequeño, primero porque no es sólo francés, “me siento español hasta la médula”, segundo ya no es un “enfant”, es un “monsieur que el 18 de febrero celebró su 74 años, tercero, muchos no llegan a terribles, él se pasa. Felicidades señor Rabanne.
Todo es posible al lado de Paco Rabanne. Normalmente me cuesta mantener un cruce de miradas y con él esa actividad mundana –mirar dentro de los ojos de alguien- se convierte en un ritual místico, “eso es porque soy neutral, no violo tu esencia con intención alguna”. También, normalmente, mantengo el guión previo al encuentro, con él nuestra conversación fluye solemne y libre. Paco –como le gusta que le llamen- estudió arquitectura, después Bellas Artes, “un profesor vió mi nombre en un dibujo que habia creado y le pareció una obscenidad, le disgustó…”. Por eso dejó para otra vida el Rabaneda y en esta se quedó con Rabanne. En sus albores profesionales voló con Givenchi, Dior, Balenciaga… Luego solo, “y ahí aparecieron los Puig, querian comprar una firma francesa y creo que Franco les autorizó, el Caudillo quería que volviera España, rechacé los ofrecimientos iniciales de L´Oreal o Visconti y me quedé con el suyo”, quizás el Dictador quería redimirse del asesinato del General Rabaneda en el epicentro de la Guerra Civil, “quizás”. Ya de la mano de los Puig, “una familia muy moderna”, su éxito es implacable. Niño mimado, rebelde, dibujante incansanble y adicto a la búsqueda, “de Dios, de mi, de la verdad”. No fuma, no bebe, su droga: “el trabajo que me hace fuerte cada vez que supero una dificultad”. Un conocedor de iluminados, como Rimponche al cual dedicó su libro entrevista “La iluminación del budismo”, que reconoce que él es de una “banalidad atroz”. Un hombre sin deseo, “nunca lo he tenido en esta vida”, quizás porque sus amores en las otras, vidas, cuando “estuve loco por Nefertiti hace 3200 años”, lo colmaron por los siglos de los siglos. Un niño que tuvo dos madres: su madre y su abuela, “gracias a ellas no me volvi un gurú malsano”. Hoy, un adulto con olor a “Black” que nos recibe valiente en la casa de Puig en la selecta “ciudad parísina” de Neuilly-sur-Seine
Y allí, en un barrio galante que tuvo al Presidente Sarkozy como alcalde entre 1983 y 2002, con los ojos del Sena como testigos, todo sabe distinto y nuestra entrevista no comienza con una pregunta sino con una respuesta.

“En el sur de Francia hay unos montes y tras ellos una gente muy extraña que habla una
lengua muy dificil y, para nosotros, todo lo que hay detrás de los Pirineos no sabemos lo que es…”
Yo creo que sí que lo sabeis.
La mismo es para vosotros –los españoles- que desconoceis lo que sucede en Francia
Sin embargo al español se le trata muy bien.
No somos salvajes, hombre…
Incluso nombráis a escritores españoles como Caballeros de las Letras. Mírese usted, un Hijo Adoptivo con todos los derechos.
Es verdad…. Vamos a intentar hacer una entrevista en mi castellano ingentil. Me fui de España con tres años.
Ya, precismente una pregunta vinculada a su infancia, ¿ha sentido la ausencia de un padre?
Mi padre era un hombre normal, mundano. Francisco Rabaneda. Estudió en la misma escuela militar que Franco. Fue a la guerra del Rif, pero con el conflicto afloró su ser republicano y así se convirtió en el primer general fusilado por Franco. Me crié con dos mujeres. Como el mítico Aquiles de la guerra de Troya. Dos mujeres valerosas como mi madre y mi abuela. Antagonistas, la primera autoritaria y anclada en lo material. La segunda cristiana y mística. Recibí lo mejor de cada una y no eché en falta una figura de autoridad.
¿Qué opina de la Ley de Memoria Histórica?
Hasta que no desaparezcan las generaciones que han heredado el dolor de la guerra las heridas seguirán abiertas. Es normal que cada cual quiera enterrar a sus muertos. Mi padre está en Santoña y no he podido darle un entierro adecuado…
¿Cuál es su relación con Dios?
Yo soy un místico, mi madre me crió desde su pragmatismo marxista y mi abuela me regaló su chamanismo religioso. Ella era un poco bruja, me enseñó cosas inverosímiles. A los siete años yo ya salia de mi cuerpo. Arriba me contaban cosas. Mi madre se apiadaba de mí y mi abuela me entendía y me decía: “cállate, guarda esas experiencias para ti, nadie te hará caso”. Hasta los 60 años no me arranqué con estos temas. ¿Mi relación? He visto a Dios en diferentes momentos de mi vida… Con meditación he llegado a sentir el fuego divino, un calor fantástico que te envuelve y en el que te sientes realizado. Nunca he hablado de estos temas con un fin proselitista. Dios, su experiencia es una aventura personal y el dinero o la fama son baratijas sin importancia.
Tornando a lo mundano, le leía que se siente español de alma y papeles, ¿y qué hay de la Francia que se lo ha dado todo?
Las circunstancias quisieron que yo emigrase junto a esas dos mujeres a Francia, pero ellas eran y se sentían españolas. Yo nací allí. Cuando todavía estaba arriba elegí a esos padres, españoles, que hacían el amor en España. No les elegí franceses.
Compartes una explicación finalista de cualquier hecho, ¿si no hubiesen fusilado a su padre usted no estaría aquí?
Está pregunta podría ser malentendida. Si, creo, se que todo tiene un porqué, aunque la mayoría no sepan verlo. Mi llegada a Francia, seguro que tuvo tu razón de ser, pero no ha sido un camino de rosas. Durante mi adolescencia sufría problemas terribles, el racismo era brutal y mis hermanos y yo sobrevivivíamos con grandes dificultades. Sin dinero, sin casas y sin siquiera derecho a las cartillas de racionamiento. Retomando tu pregunta, ya lo dijo Cristo: “cosecharás lo que siembres” o lo que es lo mismo cada hecho tendrá sus consecuencias.
¿Serías el mismo sin fama y reconocimiento?
Pienso que no. El dinero me ha regalado una potencialidad infinita. En cuanto a la fama no me ha hecho como soy. Es un ingrediente vital que no me ha cambiado en absoluto. Creo que he sido un español de raza que nunca a hecho daño a nadie. La justicia ha sido mi bandera. Nunca he matado, ni robado, ni tengo odio a nadie, ni siquiera al verdugo de mi padre. Creo que a cada cerdo le llega su San Benito. Mira a Estalin ahogándose en sus propios meados, nadie se atrevía a abrir su puerta o Hitler, quemado. Son personas que me generan compasión.
¿Cuáles son sus debilidades?
Muchas. Soy un simple ser humano, banal, la moda, París… Aunque yo no quería, de pequeño, en uno de esos viajes místicos de los que te hablaba ascendí y no quería volver a este mundo de debilidades. Tuve revelaciones terribles. Ahora me arrepiento de haber continuado en la Tierra. Sin embargo entre mis “mundanidades” no están las adicciones, jamás he fumado, ni bebido, ni deseado… Miento, una vez a los diecisiete años, pero aquello pasó. Lo que me gusta es trabajar. Ahí reside la salvación.
Y gustándole como le gusta, ¿por qué abandonó la alta costura y el “pret-à-porter”?
Me lo sugirió con enorme delicadeza la familia Puig. Como sabrás yo vendí toda mi marca a los Puig en los setenta. Yo diseñaba y ellos dirigian empresarialmente…. “Tienes sesenta y cinco y nos queremos centrar en otros proyectos”, me dijeron. Yo soy un hombre de buena voluntad, son una familia estupenda que siempre me ha querido – cuarenta años de felicidad a su lado- y por eso lo dejé. Ahora, cuando me llaman para los perfumes estoy a su entera disposición. Y sigo diseñando objetos: butacas, sillas, botellas… Pero esto último al margen de Puig. También estamos preparando y recopilando vestidos y trajes míticos que expondremos en un museo Rabanne en Pasajes.
En sus lineas de perfumes, ¿qué es esencia de Rabanne y que ponen los Puig?
Te mentiría si te dijera que los creo yo individualmente. Es un trabajo de equipo en el que nos apoyamos en un taller perfumista. Nosotros le mostramos una imagen, un boceto al maestro y, en conjunto, modelamos nuestra obra olfativa. Es más complejo de lo que parece. Tardamos un año y medio, incluso dos, en cerrar el proceso. Luego el consecuente tránsito de marketing y su venta al público. Eso es todo.
Rabanne y el perfume visionario
En 1969, cuando el mundo de la moda se emparentaba con el perfume gracias al aura de Coco Chanel y su número Cinco, un Rabanne agresivo e inconsciente se enroló en el barco de los aromas indolentes. Su primera creación, Calandre, fue de todo menos mojigata, arrancó aplausos entre las féminas de todo el planeta. Cuatro años después golpea el mercado con “Paco Rabanne pour homme”, la crisis del petróleo iba con el mundo, no con él. El año 79 le consagra como maestro perfumista al calor de “Metal”, un perfume femenino con olor a hiel. Luego llegarían “XS” y “Ultraviolet”. El primero destila un aroma a pregunta: ¿puede una esencia convertirse en clásico con tan solo trece años de vida? Sí. Eso es lo increible, nació en el 93 y parece que es gemelo del Número Cinco. ¿Ultraviolet? Conmemoró un nuevo milenio. Una mirada al futuro desde el mísmisimo futuro. Ya con la moda desplazada un Rabanne tenaz y obstinado regresa al mundillo de los olores en el 2005 de la mano de Black XS, una vuelta de tuerca al XS original. Limón de calabria, Salbia, Negro Cardamomo, Canela, Madera de Ébano, Ambar Negro… Ingredientes con mayúsculas que colorean una imagen puntera y “hype”. O por decirlo de otra foma si James Dean levantara la cabeza y buscara anunciarse lo haría con un tarro de Black en sus manos. Si levantase la cabeza, sin ánimos mediáticos, él, de incógnito, usaría la frangancia “made in Rabanne” porque es radical e insospechada por amor al arte.