Haremos un análisis sucinto y subjetivo de las implicaciones de las diferentes corrientes astrológicas que han ido nutriendo a la humanidad a lo largo de su historia.
El internet o la red ya está lleno, repleto, de sesudos análisis de los eruditos astrológicos que nos cuentan como funciona cada rama astrológica. Nuestro análisis, por contra, cruzará las fronteras de lo esperable para depositarte por la vía rápida en el país de lo inesperado.
Primero, y de forma rápida, ¿qué es y que nos plantean las distintas visiones astrológicas? No nos plantean un mundo bonito y lleno de brillos y colores, un mundo de ‘Alicia en el País de las Maravillas‘. Nos plantean, aun sin saberlo, un mundo tangible gobernado por programaciones intangibles. Por eso, cuando recurras a un astrólogo, sea este de la estirpe que sea, asegurate que te ayuda a desprogramarte y que no te lleva a identificarte más con tus programaciones, a amarlas y a quedarte estático y fijo en ellas sin solución de continuidad. La Astrología, cualquiera de ellas: la Astrología Védica, la Astrología Occidental o Tradicional, la Astrología Maya, no son más que las ciencias que diagnostican y descifran las influencias programacionales que imbuyen los acontecimientos tanto personales como globales en esta Dimensión.
Muy pocos saben, por ejemplo, algo en lo que hago hincapié en varios capítulos de ‘La Luna Artificial‘, que lo que vivimos entre 2020 y 2022 fue esencialmente fruto de programaciones muy agresivas similares a las que discurriendo durante la Segunda Guerra Mundial, pero esta vez en un Signo de Aire. Y qué es si no lo que vivimos en los albores de 2020 sino una Guerra que discurrió a través del aire (virus). Una guerra de lo intangible. Una lucha de ideas entre los que pedían más cierres y los que los repudiaban. Entre los que anhelaban una vacuna y los que la rechazaban. Idearios opuestos que confluían en lo que machaconamente tenían preparado para nosotros los planetas. Cada uno reaccionó con lo que llevaba dentro antes de llegar a ese proceso. Una mayoría desde un cierto miedo al contagio, las burlas, las multas, etc.
Pero, tanto desde el miedo como desde el amor, nadie se salvó de vivirlo. Que te pusieras o no la mascarilla o te pusieras o no la vacuna es lo de menos. Lo que nos importa a efectos de este análisis es como la historia de la humanidad está sometida a la influencia de los astros y de las Doce Frecuencias Lunares. Siempre.
Nada ni nadie se libra de ello. La Astrología Occidental es mas programática y parte del análisis y de la prioridad y preponderancia de nuestro signo solar. Mientras, la Astrología Védica ataca guarismos distintos y se fija más en el signo lunar como motor astral de nuestra programación natal. Eso y el uso como epicentro de sus análisis de los dos maléficos.
Cuentan los vedas que Vishnu prometió a los dioses menores el néctar de la inmortalidad y esto desencadenó un efecto llamada a los demonios, que llegados de los confines del Universo, querían catar tal brebaje divino. Uno de los malignos acertó a beber de la Copa, el Sol y la Luna avisaron a Vishnu, quien con una ráfaga le cortó la cabeza, pero habiendo el demonio ya bebido no murió. Su cuerpo-cabeza quedó separado para siempre de su cuerpo-extremidad. Rahu-cabeza y Ketu-cuerpo se quedaron vagando por los cielos y, de vez cuando, como venganza, persiguen al Sol y la Luna y cuando consiguen comérselos generan los eclipses fruto de su original enemistad. ¿Qué nos quiere decir este pasaje? Que las sombras están al acecho y que en nuestra carta existe una mirada fija al futuro representada por Rahu y un arrastre del pasado kármico dominado por Ketu.
Mi experiencia me dice que no existe carta en su justo punto de ‘cocción’ que no cuente con su ‘seny’ védico. Mi experiencia me dice que hay que conocer, dominar y soltar.
Ahí es donde emerge la disciplina que aquí os presentamos. La más irreverente y menos programática. Y que te invita a soltar, a quitar, a limpiar para renacer nuevo, renovado y liberado de tus programaciones. La Astrología Lunar como verso suelto. Muchas personas la conocen como Astrología China, pero para mi es Lunar porque versa y descifra las frecuencias lunares.
¿Por qué conociéndome y reconociéndome en las otras me quedé con la Astrología Lunar? Porque es más discreta. Es más sencilla y solo con unos toques ‘mágicos’ aquí y allá tú mismo te puedes convertir en tu propio astrólogo y sacarle su imponente sentido práctico. Es menos efectista, eso sí, pero más efectiva si lo que quieres es desprogramarte y desde ahí reprogamarte. Para eso precisamente hemos creado está página, para que tengas una nueva visión donde elegir, y desde ella, si tu quieres, mejorar tu vida y hacer más plena tu CONSCIENCIA.