En los siguientes años continué profundizando todo lo que pude en la vertiente védica de la astrología y sobre todo en mi mapa personal. Pero como si de un imán se tratase me sentí profundamente atraído por el lado lunar o energético. Perseveré e insistí en su dominio y conocimiento. Hasta que en dos mil trece, en Bali y coincidiendo con mi entrada en Júpiter como planeta de influencia y ciclo mayor, me pegó el subidón astrológico definitivo.

Júpiter, la expansión, me llevó en volandas hacia el dominio de todas las implicaciones en multinivel de la Astrología Lunar y al discernimiento de las implicaciones de sus doce tipos de energía sobre todo lo que sucede en la Tierra. Diez años hasta la fecha, en los que he usado esta herramienta fundamental para todo tipo de cuestiones personales o endógenas y también exógenas: trabajando para empresas en Asia encontrándoles las mejores y mas benéficas fechas posibles para todo tipo de menesteres.
Y ya una vez asentado en España trabajando sobre todo con personas particulares y ayudándoles en la puesta en marcha de sus proyectos y direcciones vitales o simplemente dejándoles en la rampa de salida para que gracias al uso de su combinación lunar puedan acceder a sus objetivos de manera más cómoda, consciente y solvente.